Aquí tienes un cuento sencillo y adaptable para trabajar las emociones con niños en el aula, el cual es de mucha importancia cuando hablamos de niños.
Título: “Leo y su viaje a las Emociones"
Personajes: la mariposa alegría, el dragón enojo, el ratocito miedo, la nube gris tristeza, Leo, Luna.
Leo y su Viaje a las Emociones
Había una vez un niño llamado Leo, que era muy curioso y siempre quería aprender cosas nuevas. Un día, Leo se despertó sintiéndose raro, como si muchas emociones estuvieran jugando en su corazón.
Decidió ir a hablar con su amiga, Luna, una gatita muy sabia. Ella le dijo que lo llevaría a un lugar mágico, llamado “El Valle de las Emociones”, donde podría conocer y entender mejor lo que sentía.
Juntos, comenzaron su viaje y encontraron varios personajes en el camino....
Alegría: Primero, se encontraron con Alegría, una mariposa brillante y colorida que siempre sonreía y hacía cosquillas. Cuando Alegría volaba cerca de Leo, él se sentía ligero, como si pudiera volar. “Yo soy Alegría, y estoy aquí cuando disfrutas de algo o cuando juegas con tus amigos,” dijo la mariposa.
Tristeza: Luego, llegaron al lago de la Tristeza, donde encontraron una nube gris y suave. La nube les dijo: “Soy Tristeza. A veces, cuando estás triste, quieres estar en silencio o que te abracen. Y eso está bien.” Leo recordó una vez que se sintió triste cuando su juguete favorito se rompió, y entendió que Tristeza también era parte de él.
Enojo: Más adelante, en un campo lleno de rocas, apareció un dragón rojo llamado Enojo. El dragón respiraba fuerte y decía: “Yo soy Enojo. Estoy aquí cuando algo no te gusta o sientes que algo no es justo.” Leo comprendió que cuando se siente así, a veces necesita respirar y calmarse, como un dragón que deja de lanzar fuego.
Miedo: Finalmente, en un rincón oscuro del bosque, encontraron a Miedo, un pequeño ratón que temblaba. “Yo soy Miedo,” dijo el ratoncito. “A veces, tengo miedo de cosas que no conozco o que me parecen grandes y extrañas.” Leo se dio cuenta de que Miedo solo quería protegerlo, y que cuando enfrentaba sus miedos, se volvía más valiente.
Después de conocer a todas estas emociones, Leo entendió que cada una era importante y que estaba bien sentirlas. Cuando regresó del Valle de las Emociones, ya no se sentía raro. Ahora, sabía que podía hablar de lo que sentía, y eso lo hacía sentirse mejor.
FIN
Actividad posterior al cuento:
Pide a los niños que mencionen una situación en la que hayan sentido alguna de estas emociones, luego, pueden dibujar la emoción en forma de personaje o colorear una ilustración relacionada con cada emoción. Esto les ayudará a identificarlas y a expresarlas de manera sana.
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